Vivir rodeado de buenos sentimientos no es siempre la mejor manera de arreglarse por dentro. A veces, incluso puede ser más doloroso que convivir con el odio o la rabia.
Lo que te rodea es simplemente eso, lo que te rodea. Muchas cosas formarán parte de ti, pero sólo serás un mero espectador de la enorme cantidad restante de cosas, personas, momentos y sentimientos que te envuelven.
Ser espectador no es tan malo, porque ayuda a darle a todo un punto de vista distinto; ese punto de vista distante a la par que involucrado. Pero, a veces, todo lo que experimentas a través de otros, es todo aquello que llegas a anhelar.
Según lo que cuentan anheladores expertos, el anhelo es uno de los peores sentimientos que puedes llegar a sentir cuando uno está perdido y solo. Carente de cualquier sensación que te acelere el pulso. Desconocedor de unos ojos con brillo diferente. Deseoso de querer querer. Deseoso de poder tener.
Y vacío.
Supongo que será el verano, con su calor, que maximiza cualquier pensamiento o recuerdo fugaz.
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