Me ha llevado mucho tiempo llegar al punto en el que me encuentro, y tener la fuerza de decirte la verdad. Lo cierto es que nunca te he mentido, pero tampoco te he dicho todo lo que tenías que conocer.
No soy quien crees que soy, no soy lo que piensas. En realidad, no soy nada.
He acabado tan vacío que he perdido la razón, la verdad, mi yo. Me convertido en un cúmulo de contradicciones, intentos y promesas, y he acabado con la certeza de la incertidumbre.
He perdido el rumbo y sigo sin encontrar la salida, sigo sin encontrarme. Quizás habría sido más fácil apostar con la Locura a ver quién caía antes, y quizás, sólo quizás, ahora estaría en lo más profundo, un estado más que conocido para mí.
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