martes, 17 de febrero de 2009

Tercera parte de un diario con cortes...

...y sigo a muerte.

Así es como comienza una de las grandes canciones de Hora Zulú, y cómo esa frase podría resumir la vida de muchos.
Por muchas patadas que te den, por muchas veces que te caigas, seguir hacia delante es lo que te diferenciará del resto. Cierto es que cada uno de esos cortes (y cada una de las cicatrices que dejan a su paso) tienen un significado diferente en cada uno, pero no por ello menos importante.

Es curioso ver cómo en un momento de tu vida puedes llegar a pensar que nada puede salir mal, porque todo ya va mal, pero siempre nos sorprenden con acto-potencia de la mítica frase todo siempre puede ir a peor.
Y así es, pero muchas veces se cumple porque lo permitimos. Nos da igual que todo empeore y nos dejamos ir. Error.
En estos últimos meses he aprendido bastantes cosas y me he descubierto un poco más. Poco a poco soy consciente de mi propio funcionamiento, y poco a poco voy comprendiendo que mis pasos dependen de mí, y no de las decisiones erróneas que tomen los demás. Siempre habrá algo ajeno a ti que te obligará a cambiar de rumbo, pero de ti depende saber adaptarte a lo nuevo y hacerlo lo mejor posible.

Da igual que las cosas sigan torciéndose, da igual lo rápido que cambien.
Ahí estaré.