viernes, 17 de julio de 2009

Longing

Vivir rodeado de buenos sentimientos no es siempre la mejor manera de arreglarse por dentro. A veces, incluso puede ser más doloroso que convivir con el odio o la rabia.

Lo que te rodea es simplemente eso, lo que te rodea. Muchas cosas formarán parte de ti, pero sólo serás un mero espectador de la enorme cantidad restante de cosas, personas, momentos y sentimientos que te envuelven.
Ser espectador no es tan malo, porque ayuda a darle a todo un punto de vista distinto; ese punto de vista distante a la par que involucrado. Pero, a veces, todo lo que experimentas a través de otros, es todo aquello que llegas a anhelar.

Según lo que cuentan anheladores expertos, el anhelo es uno de los peores sentimientos que puedes llegar a sentir cuando uno está perdido y solo. Carente de cualquier sensación que te acelere el pulso. Desconocedor de unos ojos con brillo diferente. Deseoso de querer querer. Deseoso de poder tener.

Y vacío.











Supongo que será el verano, con su calor, que maximiza cualquier pensamiento o recuerdo fugaz.

sábado, 4 de julio de 2009

Deseo innato

Todavía me pregunto en qué momento decidí lanzarme al vacío, no sé en qué momento deseé volver a sentir; y creo que la respuesta no la obtendré nunca, puesto que no he llegado a decidir absolutamente nada. Dicen que las cosas llegan cuando tienen que llegar, que aparecen por casualidad y de un segundo a otro, ya forman parte de nosotros, pero no todo es tan bonito como lo pintan. Detesto la incertidumbre y el dolor que causa, detesto la esperanza acompañada de desilusión, los momentos de compañía y la posterior soledad. Detesto el devenir de mi propia visión del mundo que depende de cada segundo de mi vida.
Supongo que como ser humano, siento y padezco, pero por esa misma razón, odio padecer.


Deseo volver a tener el corazón de piedra.