sábado, 24 de abril de 2010

Diario de una parca: no te fies de los muertos.

Aura es una mujer. O al menos lo era hasta que fui destinado a recoger su alma aquella tarde. Aquella era mi oportunidad, la oportunidad de seguir en el oficio después del gran recorte de personal en los últimos años -ya sabeis, ahora al mundo le ha dado por cuidar la salud, y así no hay quien trabaje-.
Pero como la suerte no estaba de mi lado, no fue un día de trabajo normal.

En sus últimos días, Aura había visto cómo su vida se iba mermando poco a poco, día tras día, hasta que no quedó nada sobre la faz de la tierra por lo que vivir. Todo estaba tan vacío en su interior que fue desapareciendo, literalmente.
Su alma fue la primera morir. Esa alma rebelde que irónicamente había dado su vida por un cuerpo, y que me había jodido el día, se había extinguido por completo.

Aunque esta vez, lo más inquietante de todo, es que yo había sido el único en percatarme de ello.



PD: Estoy en paro.