martes, 30 de diciembre de 2008

Se piensa demasiado

A estas alturas de año muchos se preguntan cómo será el año venidero y qué traerá consigo, y muchos otros echan la vista atrás para recordar qué han hecho, qué han ganado y han perdido éste que llega a su fin.
Siempre he querido ser del primer grupo, empezar el año cargada de ilusión y de esa incertidumbre y ese deseo que se suele sentir ante lo desconocido que está por llegar, pero la realidad es que pertenezco al segundo saco. Ese en el cual se recuerdan demasiadas cosas, aquellas que han tenido un gran valor y un gran significado, y también esas cosas buenas que llegaron a suceder y que al final se perdieron o se desvanecieron en la más absoluta nada.
Creo que la mejor decisión que uno puede llegar a tomar en estas situaciones es la de juntar ambos sacos y encontrar el equilibrio. Quedarse con lo bueno del año y tener la esperanza de que el próximo podrá compensar lo no tan bueno que ha pasado.
Y tras el consiguiente dolor de cabeza que traerá plantearte todo esto, la solución vendrá de la mano de la noche del 31. Esa que se utiliza para cenar por última vez en familia en mucho tiempo, hacer el ritual de las uvas (en los que muchos a la cuarta campanada habrán acabado porque empezaron en los cuartos, otros terminarán un minuto más tarde de las campanadas porque no le caben más en la boca y los demás que no se comerán las uvas por un ataque de risa) y tras eso meterse una botella de champánentre pecho y espalda, seguido de una salida nocturna con los colegas que consistirá en beber y beber.
Supongo que ésa es la manera de empezar un año: con resaca y sin nada más en la cabeza.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Feliz Navidad

Cada año creamos rutinas sin darnos apenas cuenta, como levantarte a las siete para ir a clase (o trabajar), volver andando a casa mientras en tus oídos y cabeza suenan las notas de una canción, o salir el sábado por la tarde para descansar de una ajetreada semana y no sentirte culpable por salir cualquier otro día y no hacer cualquier otra cosa que deberías estar haciendo. Pero una de las mayores rutinas que se han creado y que seguirán vigentes por decenios y decenios, son y serán las más que conocidas Navidades. Fiesta de Corte Inglés e ilusión, de dinero fácil y aparente felicidad, días que sirven como excusa barata y perdón propio por haber pasado totalmente de tu familia durante el resto del año, eso sí, con una sonrisa siempre. Todo de repente es bueno, la vida te sonríe y eres feliz, y todo porque es Navidad.Mandas a tomar por culo la crisis y tiras la casa por la ventana porque, al fin y al cabo, es Navidad. Compras cosas inservibles y horrorosos adornos (que le pegaría más a la fiesta de Halloween de horribles que son) y que no volverás a utilizar, pero es Navidad.
La Navidad nos da la oportunidad de ser las personas que queremos ser: sonrientes, felices y sin preocupaciones. Supongo que todo eso de la Navidad se inventó para que no hubiese una oleada de suicidios masivos al final del año, o algo así.
¿Es un engaño? Sí, pero creo que eso de reunirse con la familia, los regalos, las interminables horas de Monopoli y el empacho de turrón y polvorones, es una pequeña recompensa por todos esos días de agobio, de trasnochar, de penas y desesperación con los que hemos tenido que lidiar a lo largo de un año entero. Supongo que nos merecemos terminar (y empezar) bien el año. Es obligación.
¿El resto? Es cosa nuestra.


domingo, 30 de noviembre de 2008

Hilar

Otra vez vuelvo a pintar una sonrisa desvelada por la ténue luz de un amanecer. De nuevo vuelvo a tejer quimeras a mi espalda, con hebras que se enredan en cada vuelta, concentrando nudos a su paso. He vuelto a moldear tus pasos dando forma a un camino todavía sin andar. Y todavía sigo bordando sentimientos con una aguja de coser.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Absurdo

Durante toda mi vida he hecho cosas absurdas, pero nunca habías sido el centro de mi absurdo, hasta hoy.
Ahora no puedo dejar de pensar en tus piernas,en tu pecho, en tu espalda, en tu manera de andar... todo eso que he vuelto a ver esta tarde. Me he obsesionado con un desconocido durante escasos minutos sabiendo que no eras tú. He intentado alcanzar, de nuevo, las cumbres borrascosas que un día llegué a tocar; aun sabiendo que no eras tú. Mi corazón ha vuelto a desbocarse al ver esa silueta al caminar; aun sabiendo que no eras tú. Me he vuelto a sentir idiota al volver a verte y recordarte; aun sabiendo que no eras tú.
Porque nunca serás tú.
Porque nunca estarás en los ojos de otras sombras.

domingo, 16 de noviembre de 2008

Rostros

Conozco la sonrisa brillante de las mañanas, las tardes melladas, las desdentadas noches. Sé del aullar de gigantes en lumbres de aspa de molino. Sé del letargo de los sentidos entre el estruendo de monedas. Sé del nectar en las bocas, y de su aliento en la nuca. Sé de las palabras inútiles como bolitas de humo y de camas desechas como liendros desflorados. Sé de los bordes cortantes del canto herido, se de su demencial cordura...

Desconozco, sin embargo, ese rostro vagamente familiar que me mira a cada instante desde el espejo...




- Kutxi Romero y Albertucho -

martes, 28 de octubre de 2008

Stairs

Cada noche cerraba los ojos con la esperanza de que los fantasmas del pasado no la volviesen a visitar en sueños. Soñaba con dejar de soñar.
Había dejado de soñar con él, con todo aquello, porque ahora quizás ya no le dolía tanto como antes. Tenía la certeza de que no merecía la pena dejar de sonreír sólo porque algo no haya salido como quería, porque al fin y al cabo, nada nunca sale como debería; y con el paso de los días y con la cabeza fría (en este caso el corazón), todo había sido mucho más llevadero que días anteriores.

Pero de vez en cuando se topaba con cosas que tiempo atrás habían llevado su nombre. Era inevitable no pensar en él, aunque no tuviese el mismo significado que antaño.
Aunque haya dejado todo atrás, todavía sigue soñando con aquellos largos pasillos, con aquella extraña biblioteca, con aquellas escaleras que no llevaron a nada.

martes, 21 de octubre de 2008

viernes, 17 de octubre de 2008

Dame tiempo...

- ¿Qué te pasaba ayer?
- ¿Ayer?
- Sí, ayer por la noche.
- ¿El qué?
- No sé, tú sabrás...
- Pues nada...




Lo siento, pero todavía no soy capaz de decírtelo a ti, y siento que ayer vieras todo eso por casualidad. Eres la que me dio la libertad de poder ir, ver, creer y querer, e incluso tú estabas feliz por ver que me iban tan bien las cosas, por ver que al final no había nada de qué preocuparse porque todo había salido bien. Pero ahora se me hace muy difícil sincerarme contigo respecto a esto. No sería capaz de decirte y explicarte el gran porqué de todo, porque ni yo misma lo tengo muy claro. Quizás cuando vuelva en diciembre, te lo pueda decir. O quizás antes, quizás después. Pero por ahora todavía quedan muchas cosas que tengo aclarar, y va para largo.




Pero cuando tenga fuerzas te lo diré. Te lo prometo.

lunes, 13 de octubre de 2008

Amistad


Se pueden decir muchas cosas en muchos momentos, sobre todo cuando en alguna ocasión hemos sufrido por algo. Después de eso, negamos cualquier contacto con aquello que nos hizo daño, comenzamos a decir nunca todavía resentidos, y tiene que pasar mucho tiempo para volver a decir quizás.
Pero sabes qué le pasa al tiempo? que lo cambia todo. Absolutamente todo.


Y mientras, en ese tiempo, nos recuperamos. Salimos, reímos e incluso nos permitimos recordar, para después volver a sonreír y decir: me queda mucho por delante. Y, mientras reimos, bebemos y hablamos, tocamos las narices de los demás.
Y esos demás son los que permanecen a tu lado, los que no te ven caer, sino los que evitan que te caigas y, si ya lo has hecho, te tienden la mano para ayudarte a levantar.


Puede que todo cambie, puede que nos dé tiempo a tocar fondo y a volver a levantarnos una y mil veces, pero no me importa, porque sé que siempre estarás ahí, de la misma manera que estaré ahí para ti. Da igual la clase de circunstancias, la hora o el lugar. Estaremos siempre tocándonos las narices.





Gracias










=)

viernes, 10 de octubre de 2008

Cambios

Cuando algo cambia, queremos que ese cambio no afecte al resto para que todo lo demás no se vaya a la mierda, pero contra más te esfuerces en sobrellevarlo todo con normalidad, peor. Pura ley de Murphy, y ya lo dijo él: Cualquier solución entraña nuevos problemas.

Quizás forzar una normalidad que de momento no está, resulte agobiante. Quizás intentar resolverlo, lo complique más. Es como caminar en una cinta transportadora a una velocidad equivalente a la de la cinta: te esfuerzas para intentar avanzar, pero sigues estando en el mismo sitio, y llega un momento que lo intentas tanto que la cinta aumenta su velocidad y te quedas más atrás de donde estabas.

Tememos demasiado a que un cambio llegue a cambiarlo todo, pero tememos con razón. Una sola variación en el día a día que estabas acostumbrado, y se produce un efecto mariposa acojonante, y lo único que pretendemos es que eso no ocurra (y en vano).
La otra alternativa a intentar solucionarlo es dejar pasar el tiempo, y eso nos asusta todavía más. Lo malo que tiene ese tiempo es la incertidumbre, el no saber qué pasará, en que si irá a peor o las cosas volverán a su cauce. Pero a veces es la mejor opción.
Si forzarte a seguir resulta incómodo y agobiante (por no hablar de los escasos [o nulos] resultados, y que nunca son buenos), lo contrario sería cesar y, por lo tanto, lo incómodo desaparecería junto con lo agobiante, y tal vez comience algún que otro resultado.

Pero ahí vuelve a salir el miedo a la incertidumbre, al qué pasará si no lo intento. Y es un puto círculo vicioso que, tomes la decisión que tomes, seguirá ahí.

Y ya me da igual, me la sudan los cambios, los efectos mariposa y los círculos viciosos. Me rindo ante el cambio, ha ganado. Lo he intentado mil veces y no hacen más que torcerse las cosas. Ahora lo único que puedo hacer es dejarlo, dejar que lo que sea que tenga que cambiar, que cambie por sí solo, sin presiones. Y si algo tiene que volver a su pequeña normalidad, que se tome el tiempo que le haga falta, que se acerque cuando quiera, que aquí estaré.







Moraleja: lo único que sale después de pasarte más de dos horas copiando apuntes de Filosofía, es algo que no entiendes ni tú.




PD: si un cambio cambia... vuelve al principio?




ya no me acuerdo de ná, que todo era de colores.
¿Dónde estarán los besos? - se los han quedao las flores.
Salir, beber, el rollo de siempre,
meterme mil rayas, hablar con la gente,
llegar a la cama y joder, que guarrada sin ti,
y al día siguiente..
.

sábado, 27 de septiembre de 2008

Química elemental

Sigo intentando hundir mi cabeza entre problemas de química del pasado viernes. Quizás aplicandole calor a mi cerebro y aumentarle unos 20º (293 K) conseguiría fundirlo, o tal vez conocer la presión parcial de mi hemisferio derecho conociendo la presión total a la que está sometido. Tal vez calcular el número de moles de neuronas que puede haber en mi joven y castigado amigo.

Sigo perdiéndome entre pesos moleculares y atómicos, entre fórmulas empíricas y sus consiguientes moleculares, para poder subir al siguiente escalón, donde sumerjo mi cerebro en una disolución de base acuosa de 1'4 g/l de densidad al 33%. Quizás haye su molalidad y su molaridad para distraerme.

Pero lo que realmente llama mi atención son las reacciones químicas y sus asombrosos resultados. De cómo la mezcla de dos sustancias puede dar lugar a otras totalmente diferentes. Es como sumarle un cuerpo a otro. En el momento en que éstos entran en contacto, los reactivos comienzan a hacer efecto, y cuando las condiciones son las apropiadas y se funden completamente, ambos cuerpos dan lugar a cientos de reacciones químicas interiores.
El reactivo limitante ya ha hecho su función, y el reactivo en exceso ahora se desprende a través de agitadas respiraciones y en forma de gotas de sudor que inundan los poros.

Alzo la mirada y observo el reloj de pared que se conserva desde antes de mi llegada. Marca las 5:08, y no avanza.
En estos casos siempre me planteo la misma duda:
¿Qué estaría haciendo ese día a las 5:08?

viernes, 26 de septiembre de 2008

To be or not to be...

... This is the question.

Demasiados filósofos se han planteado ya el porqué de la raza humana, ese to be gigantesco y ese not to be ante lo insignificante en comparación con todo lo demás. Pero, al fin y al cabo, somos lo que somos, y eso nadie va a poder cambiarlo.

Somos la luz de las sombras, la alegría de todas las penas, la esperanza de lo imposible. Somos dudas, vacíos, deseos, pasiones. Somos el ayer del mañana, un futuro y un pasado. Somos sueños.

Y odio soñar con volver. Soñar que, de nuevo, estoy allí.
Otra vez sonrisas, abrazos, besos, caricias...
Odio poder volver a tenerlo tan cerca, sentirlo tan cerca, como para que ambos alientos se mezclen. Y no sé qué odio más, si recrear todo eso cada noche, o despertarme vacía y con la sensación (por no decir certeza) de ser la persona más gilipollas del mundo.


Con lo fácil que sería dejar de ser...

jueves, 18 de septiembre de 2008

Songs

Después de comprender que mi musa se había quedado en sus ojos, intenté encontrar la inspiración en otros lugares. Dicen que la inspiración se mueve a través de los buenos y malos momentos, y yo, ahí, tenía un punto a mi favor. Pero cuando tus sentimientos no están en orden, la inspiración se escapa entre las líneas que dibuja el latido de un corazón que sufre, confundido.

Intentas escribir la primera línea en tu libreta, pero... qué decir?
Un relato sin inspiración no se concluye. En una declaración con dudas, ni se sabe cómo empezar, ni cómo seguir, ni cómo acabar. Y ya no hablemos de intentar transcribir lo que dicta tu corazón, porque ni tú mismo sabes qué está gritando.

Al final te das por vencido, te tiras en tu cama y enciendes el mp3.
Desde la primera nota de la primera canción, dejas de escuchar para comenzar a sentir. De cada verso aflora un sentimiento, que se une al anterior con una pequeña sinalefa emocional, y descubres que es ahí, y en ningún otro lugar, donde se esconde tu inspiración. Esa que es hoy tuya y fue, en un pasado, inspiración de otros.

A veces no somos capaces de expresar con palabras lo que queremos porque, la mayor parte de las veces, lo que creemos que queremos no es, ni por asomo, lo que sentimos en realidad. Entonces llega tu musa en forma de canción para darte aquello que con tanta ansia buscabas. Las palabras, las notas que salieron de otras manos, son hoy el eco de tu voz.
Una canción puede hacerte ver lo que de verdad sientes y quieres, y ahí todas tus creencias no sirven de nada. Porque siempre, las canciones, reflejan quién eres en realidad.














Aunque tú mismo sigas sin saberlo...

lunes, 8 de septiembre de 2008

¿Por qué?

Cada mañana amanezco con la misma disputa interior. ¿Por qué se pelean la mente y el corazón? ¿Por qué sus decisiones son tan contradictorias? ¿Por qué la cabeza dice que sí, que está todo bien, y luego viene el corazón y dice que no, que todo va mal? ¿Por qué cojones no se ponen de acuerdo?

Cuando la cabeza actúa, acabo con la sensación de que todo está bien, que seguirá bien. No me preocupo por nada, sigo hacia delante con tranquilidad, sin prisas pero sin llegar a pararme, convirtiendo mis pasos en suspiros. Pero cuando la cabeza se relaja, llama a mi puerta el corazón. Grita a voces todos los recuerdos, grita que he sido débil al sucumbir ante las adversidades. Se alía con las canciones para hacerme recordar, me grita lo que he perdido y lo que seguramente no vuelva a recuperar. Hace que vuelva a caer, a hundirme en toda mi mierda y a no poder alzar la cabeza, aquella que no da señales de vida. Me grita que me he comportado como una imbécil, que me odia por haberle causado tanto daño hasta el punto de romperlo en pedazos, y se niega a latir como antes, y en ese momento me abandona.

Horas más tarde, mi mente despierta de su largo sueño y se encuentra con todos los daños que han sido causados durante su ausencia. Y le toca recoger todos los trozos en los que me he roto e intentar recomponerme de nuevo. Me muestra el lado positivo de todo, de que todo será más fácil y, para qué mentir, la comodidad y la facilidad es muy atractiva. Me enseña días sin preocupaciones, días de expansión, de libertad, de poder desaparecer sin tener en cuenta nada. Y vuelvo a calmarme. Vuelvo a recomponerme con la seguridad de que está todo bien tal y como está.

Y en el momento en que todo parece tener sentido, el corazón vuelve a jugarme malas pasadas. Me demuestra que él soy yo, que todo lo que tiene adentro es lo que soy, y que la mente sólo está para intentar convencerte de que lo fácil es lo mejor.
Y me encuentro cual suicida al borde de un precipicio, con el dios y el demonio en ambos hombros en plena discusión.

Y quiero abrirme en canal y arrancarme el corazón y lanzarlo a lo más profundo del mar. Y quiero abrirme el cráneo y pisotear mi cerebro hasta que deje de hablar.
Y quiero empezar a pensar con los pies, que son los únicos que me ayudan a avanzar.


¿Por qué todo es una mierda?

domingo, 7 de septiembre de 2008

Ser más

Ser más,
no me convence esa respuesta entonces voy a más,
esa es la gran diferencia,
algunos siguen el instinto y se detienen cuando están perdidos,
otros sobrepasan esa línea, entonces van a más

Ser más;
es la ambición la que mueve naciones,
la que besa en canciones y causa tensiones;
las que te dicen algo,
algo que decir,
razones por las que seguir en este mundo que no brinda acciones.

No hay corazones que se muevan solos,
no lo controlo todo,
pero con lo que tengo me sobro;
y no lo dudes,
puedo hacer bajar una nube al suelo
pa subirla luego,
poder decir un día lo intenté y pude.


Podrías decir lo mismo?
Vas a más?
Vas a cumplir lo que dijiste aquel día dejando el tiempo pasar?
No creo;
en una larga espiral te veo,
atao con cadenas al fuego de los que contra el miedo sucumbieron,
arde, y si lo haces será por cobarde.

Más que palabras son hechos,
hechos de balde,
hechos con sangre;
la satisfacción de verme grande sin pisar a nadie,
que no pensó en pisarme antes eh!

Sigue adelante
y en un instante retrocedes,
debe de ser que tienes el deber de ser mas breve,
de no pensar tanto y actuar más rápido,
el tiempo se cae en forma de lagrimas que auguran tu descanso;
y mientras tanto,
ralentizas el paso,
acaso no pensaste en dejarlo
cuando encontraste el fracaso?

Encontronazos,
sellaste una vida en falso,
por no ir a mas,
cortante el obstáculo,
frenaste tus pasos.

Ser más,
no me convence esa respuesta entonces voy a más,
esa es la gran diferencia,
algunos siguen el instinto y se detienen cuando están perdidos,
otros sobrepasan esa línea,
entonces van a más





- Dekoh -

viernes, 5 de septiembre de 2008

Pequeños finales

Tras salir y notar las primeras gotas de una tormenta por llegar, sentí la necesidad de quedarme bajo la lluvia hasta empaparme, caminar lentamente y perderme en mis propios pasos con rumbo incierto.
Necesitar... complicada palabra, y más aun complicado sentimiento. A veces positivo, a veces contradictorio, o una fusión de tantas necesidades y no-necesidades tan jodidamente grandes que acabas por no saber ni quién eres.

Esta mañana, nada más levantarme del sofá y todavía con el cuerpo dolorido de haber pasado la noche refugiada en la soledad de los cojines, comprendí que cualquiera otra conclusión a la que llegase no podría haber sido mejor. No necesitaba olvidar que esa misma noche se había presentado ante mi pantalla uno de mis mayores miedos, para restregarme, victorioso, que esta vez me había tocado perder a mí. Y, a su vez, me dejó ver que tras una victoria no hay nada, pero después de una derrota se encontraba una lección y la suma de experiencia.

Nunca he creído demasiado en las casualidades, y poco a poco me voy demostrando que es así. Dudo que fuese casualidad que justamente ayer volviese a releer sus cartas por enésima vez, o mirar hoy las últimas las entradas de este mismo blog, porque al hacerlo, me he dado cuenta de que tenía razón, de que tenías razón.
Vivía a base de recuerdos mientras esperaba, en vano, a que todo volviera a ser como antes, cosa que no iba a suceder. Y por eso te doy las gracias, por haberlo parado justo a tiempo, porque tú ya habías dejado de soportarlo y a mí me faltaba poco para dejar de hacerlo. Y no sabes cuánto te lo agradezco...

Aunque al principio fue realmente duro y jodidamente doloroso, incluso hasta el punto de parecer irreal, ahora estoy segura de que si algún día quiero echar la vista atrás y recordar momentos pasados junto a ti, no me voy a arrepentir de hacerlo. Han sido los mejores momentos que he vivido en lo que a lo personal y mutuo se refiere, y es algo que no quiero perder, de la misma forma que no quiero perderte a ti.
Ha concluído una parte de nosotros, un vínculo, pero todavía quedan muchos otros que seguirán hacia adelante, y espero que por mucho tiempo y de la misma manera que antes, todo bien entre nosotros, como hasta ahora, aunque con un ligero cambio.

Gracias por todo lo vivido
Y gracias por quedarte para seguir viviendo.

=)



:****

jueves, 4 de septiembre de 2008

XXVII (63)

(variación de género)

Despierto, tiemblo al mirarte;
dormido, me atrevo a verte;
por eso, alma de mi alma,
yo velo mientras tú duermes.

Despierto ríes, y al reír tus labios
inquietos me parecen
relámpagos de grana que serpean
sobre un cielo de nieve.

Dormido, los extremos de tu boca
pliega sonrisa leve,
suave como el rastro luminoso
que deja un sol que muere.

¡Duerme!

Despierto miras, y al mirar tus ojos
húmedos resplandecen
como la onda anzul en cuya cresta
chispeando el sol hiere.

Al través de tus párpados, dormido,
tranquilo fulgor vierten,
cual derrama de luz templado rayo
lámpara transparente.

¡Duerme!

Despierto hablas, y al hablar, vibrantes
tus palabras parecen
lluvia de perlas que en dorada copa
se derrama a torrentes

Dormido, en el murmullo de tu aliento
acompasado y tenue
escucho yo un poema que mi alma
enamorada entiende.

¡Duerme!

Sobre el corazón la mano
me he puesto por que no suene
su latido y de la noche
turbe la calma solemne.

De tu balcón las persianas
cerré ya por que no entre
el resplandor enojoso
de la aurora y te despierte.

¡Duerme!






<3



- Bécquer -

martes, 2 de septiembre de 2008

Septiembre

Bueno, he aquí el ansiado mes. Recién salida del examen (que prefiero no comentar) puedo decir que septiembre se prefenta de una manera ligeramente opuesta a la que esperaba, pero sin perder en ningún momento la esperanza.
Dentro de unos días dará comienzo el curso, mi último curso aquí y, también, mi último año aquí.

Mes de rutinas y esfuerzos que poco a poco irán siendo recompensados, pero sobre todo, mes del que parte un gran año en el que superarse día a día (o por lo menos, eso espero). También es tiempo de volver a madrugar, de volver a caminar durante media hora para llegar al instituto (haga el tiempo que haga), de volver a ver a profesores, compañeros y amigos pero, sobre todo, de volver a encodar, y esta vez en serio.

No será un año fácil en muchos aspectos, pero se intentará hacerlo lo más llevadero posible. Supongo que con organizarse un poco estará la mitad del trabajo hecho.



En fin, hora de volver a la normalidad

















O eso espero....

sábado, 30 de agosto de 2008

Eritrocitos

Tras ver la pasada noche que el ser afebril empezaba a perder significado en mi persona, decidí escapar de casa unas horas con la excusa de dar un paseo en la maravillosa noche tormentosa, y acudir al señor batablanca de guardia. Después de ver como pasaban a verlo una señora con problemas de cadera, varios niños con gripe y algún borracho accidentado, me adentré en el fantástico mundo de la medicina nocturna, con sus enfermeras cabreadas e irritables, y señores batablanca hasta las pelotas de aguantar a las enfermeras cabreadas e irritables. Por suerte, el batablanca que tuvo la amabilidad de atenderme y fue muy amable conmigo, valga la redundancia. Tras examinarme y hacerme varias preguntas, se dispuso a clavarme una aguja unida a un fino cable, que transportaba mi sangre a un recipiente tubular.

Mientras los del laboratorio de guardia hacían su trabajo, otro señor batablanca del recinto de al lado que se pasaba por allí algunas noches, quiso seguir con el diagnóstico, ya que le había parecido que un análisis de sangre no era suficiente.
Pronto descubrí que me caía bien, demasiado bien para ser médico, y tras un par de preguntas supe que, alguna día, tal vez llegásemos a ser compañeros de trabajo. Le había llamado la atención mi forma de contestar al anterior batablanca, tranquila y pausada, y le había llamado aun más la atención el hecho de haber acudido sola. Y tras un pequeño test y una charla totalmente sincera, acabó por darme un diagnóstico paralelo al que estaba por llegar, que yo ya conocía desde principios de mes.

Al poco rato llegó el amable señor batablanca con los resultados. Al parecer, mi recuento de eritrocitos era algo bajo, ya que el señor hierro se fue de paseo y doña hemoglobina pasaba de hacer su trabajo. Poco después el amable señor batablanca se dio cuenta de que "estaba en esos días del mes" tras habérmelo preguntado, y llegó a la conclusión de que mi anemia se debía a la fusión de eso con mi diagnóstico paralelo que, aunque parecían casos totalmente aislados, acabaron por congeniar y joderme un poco, ya que estaban.

Y aunque ahora tenga que tomarme hierro en comprimidos y bupropion durante un mes, salí con la certeza de que todo, gracias a dios, se pasaría pronto.

viernes, 29 de agosto de 2008

More than I can say...

Muy de vez en cuando los deseos, por muy pequeños que sean, se llegan a cumplir.
Sin duda alguna, ayer asistí al mejor concierto de los que he ido este año. Quizás porque su directo es mucho más potente que su disco. Quizás porque nunca había disfrutado tanto de un concierto, y nunca antes un cantante me había dedicado una canción. Quizás porque nunca se me habían saltado las lágrimas de la explosión de sentimientos guiados en cada canción, de seguir recordándome que todos esos versos llevan su nombre desde noviembre.




Y aunque pretendía seguir con la entrada, aquí la dejo. Parece ser que las lágrimas y la fiebre no pueden trabajar juntas.

miércoles, 27 de agosto de 2008

Say Goodbye

En cada despedida nos sentimos más vacíos por dentro, perdemos algo que por un tiempo (ya sea largo o corto) ha sido nuestro o ha estado a nuestro lado. Las despedidas significan separarse, distanciarse y esperar, aunque hay despedidas que marcan un adiós definitivo, sin reencuentro.
Decir adiós es doloroso, siempre lo ha sido, y en los momentos previos a pronunciar esa palabra sufrimos más que en el momento de dejarla ir.

La última noche supone el momento en que somos más conscientes que nunca que la hora de separase está a la vuelta de la esquina, a la vuelta del próximo amanecer. Noche de desvelo involuntario, donde cada intento de alcanzar a Morfeo se convierte en un intento fallido. Buscamos cobijo en el sofá, en el sillón, en las incómodas sillas de la cocina, pero ninguna nos brinda una hospitalidad aceptable. Volvemos a nuestra cama, a nuestro colchón, con la esperanza de encontrar la posición adecuada sin despertar a nadie, hasta que acabas por rendirte y te arrastras por el suelo con la intención de acurrucarte en la esquina más cercana, hundir la cabeza entre tus piernas y dejar correr el tiempo.

La habitación se va iluminando con el transcurso de las horas, dejándote ver a lo que pronto tendrás que renunciar. Las lágrimas de una despedida todavía por vivir comienzan a brotar de los lacrimales. En escasos segundos los ojos se ven inundados por nuestro mar interno, donde las olas rompen en los párpados y se precipitan al vacío en forma de pequeñas gotas. Ahora, ante ti, se define claramente lo que ha sido tu vida. Tu vida personificada durante varios días. Tu vida materializada durante varios años.
Da igual el qué y el cuándo, eres consciente de que mañana [o un hoy en sus primeras horas de vida] ya no tendrás aquello que con tanta fuerza habías amarrado. El sentimiento de pérdida y de vacío anticipado se apodera de ti, y un fuerte oleaje invade la calma lograda hasta el momento. Las lágrimas se desprenden con mayor rapidez y de forma incontrolable, dejando sobre tu rostro un cruce de ríos de agua salada, y en tu interior, el primer momento de paz. La calma que llega tras el tormentoso oleaje de sentimientos se expande por todo el cuerpo, hasta dejarlo totalmente exhausto. Es entonces cuando vuelves a tu punto de partida, ese trocito de cama vacía que espera tu calor, y te acurrucas al lado del otro trocito de cama ocupada que espera, sin saberlo, tu regreso.

Despegas lentamente los párpados y vas hacia el reloj, con la esperanza de que todavía quede mucho tiempo hasta que tu despertador dé la voz de alarma. Pero, como siempre, solamente quedan esos cinco minutos eternos antes de que suene, cinco minutos para resistirte, una vez más, a la inmersión en tu particular mar de lágrimas.

Y llega el momento de levantarse, de separarte por última vez de tu cama, con el sentimiento de pérdida yendo en aumento. Sabes que nunca más ese bolso descansará encima de esa mesa. Sabes que nunca más esos cepillos de dientes reposarán en el mismo estante, ni la ropa, ni los vasos, ni las galletas… nada estará en el mismo lugar.Y, lo peor de todo es que sabes que, en el momento de salir, no volverás a cruzar esa puerta.

Da igual que te despidas de una vida que ha durado apenas una semana, como de una vida que ha ocupado 5 años, al final la palabra que se apodera de tu último suspiro es la misma: el más triste y sincero adiós.

domingo, 24 de agosto de 2008

Mudanzas

Hoy, oficialmente, he comenzado la mudanza. A falta de cajas, cada uno ha decidido comenzar por su habitáculo personal y despejarlo; aunque la pringada de turno, es decir, yo, ha sido la única que ha empezado ¬¬

Tras una hora [y no exagero] he despejado mi pequeña estantería [pequeña, pero petada estantería] y ha sido una experiencia inolvidable. Qué decir de los millones de libros que se llegan a almacenar en un metro cuadrado…

Libros que aun quedan por leer, libros que has leído miles de veces, libros de lectura obligatoria en el colegio/instituto [que por estadística 1 de cada 100 es bueno], manga [en mi estantería abunda] y esos libros que te avergüenzas de tener… esos que te compras cuando tienes 13 años y estás a las puertas de la plena adolescencia. Esos libros que te compras simplemente para auto convencerte que la adolescencia es la mejor etapa de todas. Esos libros que tienen en sus portadas títulos como Querido Diario y polladas de ese estilo. Esos libros que, tras años acumulando polvo en la parte de atrás de tu estantería, acaban, por fin, en donde tenían que haberse hospedado desde un principio: en la basura.

Y qué decir de las revistas… Doy gracias que mi etapa Bravo y Superpop terminó demasiado pronto [no me duró ni un año, demasiado pesimista de nacimiento] y no quedan ni rastro de ellas desde hace 4-5 años, y ahora sólo conservo las revistas de música, sexo y deportes [sí, deportes] que se quedarán conmigo más tiempo. Aunque debo de decir que me he llegado a encontrar relatos eróticos en una de mis carpetas, y tan pronto lo he visto me he dicho: joder, y yo con 13 años leía esto?
Pues se ve que sí…

Después de terminar con la estantería y acabar con un saco de tela lleno de libros, libros de texto, carpetas y libretas, he ido a por los cajones. Ohhh los cajones… la de cosas [inútiles] que se llegan a guardar. Siempre existen cajones de varios tipos en una habitación: cajones que usas a diario y que la mayoría de cosas que hay en ellos son papeles; cajones que usas de vez en cuando, donde guardas todo aquello que hay por tu habitación que estorba a la hora de limpiar; y cajones que no usas nunca, que conservan lo mismo desde el año 2000 y donde están metidas las cosas que nunca encuentras [y que tampoco te molestas en mirar ahí, nunca] o que no quieres que nadie encuentre.

He empezado por éstos últimos y he encontrado de todo: una flauta, un tubo de crema pa las espinillas (?), pintauñas, una radio de ducha (?), rotuladores que dejaron de pintar en el 98, una caja-peine-espejo, un Pikachu de peluche (?), anda, condones! [cosa útil que no quieres que nadie encuentre, y que al cambiar de piso hay que buscarle un nuevo sitio], una funda de móvil, millones de afilalápices, un llavero de Schweppes y pulseras que nunca he puesto y nunca me pondré. La hostia, la de mierda que se llega a almacenar en un cajón [y que ahora descansan en la basura, a excepción del Pikachu y los condones, obviamente]

Pero no todo lo que se encuentra acaba en el fondo del saco de basura. Siempre encontramos cosas que nos devuelven a la infancia, como nuestras primeras notas, nuestros primeros dibujos y, como no, nuestros primeros deberes todavía sin hacer [de aquella ya echaba maneras]. Poco después encuentras algo de tu comienzo en el mundo adolescente, como ese primer curso de instituto, con sus libretas plagadas de corazoncitos con el nombre de tu amor platónico en su interior y que al verlos lo primero que haces es echarte a reír y luego tiras a lo más profundo de la basura junto con tu vergüenza. Y en ese momento encuentras tu viejo diario… dios mío.

Si alguna vez os ha dado por escribir un diario y guardarlo para leerlo años después porque alguien alguna vez os ha dicho: leer tu diario después de muchos años es genial! te ries mucho ^^ , cuando lo encontréis quemadlo directamente, junto con la persona que os ha engañado. Leer un diario que ha pertenecido a tus dos primeros años de adolescencia nunca es divertido, NUNCA. Porque a cada página leída, la vergüenza hacia tu propia persona se incrementa considerablemente, y si consigues leerte todo el diario, acabas por tener ganas de cortarte las venas o, en su defecto, tirarte por la ventana al pensar que una persona que ha sido capaz de escribir semejantes gilipolleces no es digna de vivir en este mundo. Así que… a la basura, no hace falta que paséis por algo así (y creo recordar que al principio de este párrafo dije que no todo acaba en el fondo del saco de basura, pero algo como esto ).

Aunque puestos a hablar de cosas vergonzosas, las fotos viejas son un buen ejemplo. Creo que ni Cachuli en sus años mozos llevaba los pantalones tan subidos [y no sólo me refiero a mí, que no sé qué será peor], pero bueno, en nuestro caso, con el paso de los años, acabamos por saber en dónde deben de ir. Pero dejando de lado ese pequeño apunte, las fotos son, en gran medida, buenos recuerdos. Excursiones, momentos en familia, simples momentos monguis que en su día hacía gracia inmortalizar… en fin, nuestra vida en imágenes.
Y las fotos junto con discos y cartas, han supuesto un punto y seguido en mi “recolecta personal” del día de hoy.

En definitiva, en las mudanzas se tira la mayor parte de las cosas, pero se acaban conservando las cosas importantes, tanto por lo que fueron como por lo que llegarán a ser.

sábado, 23 de agosto de 2008

Sueños

Todo comienza al caer la noche, cuando nuestros párpados se rinden ante el poder de la gravedad. Es entonces cuando nos sumergimos en el interior de nuestra mente, en lo más profundo, y nos convertimos en espectadores de nuestra propia vida. La imaginación vuela sin límites y traduce nuestros deseos, recuerdos y esperanzas, en ínfimas realidades nocturnas.
Sueños... aquellos que, sin proponérselo, son capaces de mejorar nuestro día (y nuestra vida) con una mera sucesión de imágenes.


Y... ¿qué pasa cuándo el miedo entra en juego?
Aliado de nuestra imaginación, convierte nuestras noches en carreras interminables, en una huida incesante a través de un camino irregular, donde la mala suerte se presenta en forma de piedra y nos hace tropezar. Es en ese momento cuando aquello de lo que has huido llega hasta ti, y cada vez más y más cerca, y en el momento en que te atrapa... abres los ojos.
Nuestra mente no es capaz de soportar tanto dolor y despierta. Nuestro cuerpo, que vive lo que nuestra mente proyecta, amanece bañado en sudor, con una fina capa de miedo todavía latente y un corazón suicida a punto de saltar al vacío.


Pero... ¿qué pasaría si no despertaras?




Dulces pesadillas


jueves, 21 de agosto de 2008

Savia

Ya no cae suelo en mi habitación, las
paredes cierran todo el espacio vital,
agotando el oxigeno a inhalar.

Consumiendo la respiracion, asfixiándome
de corazon, reduciendo la fuerza motriz de mis dedos,
devorando minutos que aun debo de vivir.

Nada tiene explicación todo cambia
de color, al caer la noche, sin avisar.
Algo empieza a despertar, tu retrato
quiere hablarme. 1000 recuerdos imborrables.

Nace solo de nuevo en esta ciudad, una
tierna luz me invita a despertar, de un
mal sueño que nunca debí soñar.

Intentando ver la realidad y creyendo que puedo volar,
levantando mis pies 4 metros del suelo,
elevando mi alma y mi ego, hasta morir.

Nada tiene explicación todo cambia
de color, al caer la noche, sin avisar.
Algo empieza a despertar, tu retrato
quiere hablarme. 1000 recuerdos imborrables.

Una sombra del pasado, hoy remueve mi memoria,
para hacerme recordar y recapacitar, que el
camino no es camino si hace camino al andar.

Nada tiene explicación todo cambia
de color, al caer la noche sin avisar.

Debo de vivir. Nada tiene explicación todo cambia
de color, al caer la noche, sin avisar.
Algo empieza a despertar, tu retrato
quiere hablarme. 1000 recuerdos imborrables

miércoles, 13 de agosto de 2008

Reinvención

Dicen que sin miedo no hay valor, que el miedo habita entre el pensar y actuar y que la única forma de avanzar es dominarlo; pero a veces nos juega malas pasadas. Como el niño que mira fijamente su armario en la oscuridad, el miedo a perder, el miedo a desandar el largo camino que tanto tiempo y esfuerzo nos ha costado conseguir, hace su aparición para recordarte que sigue ahí, cual sombra en la pared.

Y es en ese justo momento cuando decides dominarlo o sucumbir, subir o dejarse caer, seguir siendo o dejar de ser.

La mayoría de las veces optamos por dejar de lado ese miedo y seguir avanzado con claros objetivos; cada vez con pasos más firmes, más seguros, haciendo que de nuevo vuelva a reinar la paz en nuestro interior.

Y supongo que una parte de nuestra existencia consiste en eso, en una continua reinvención del yo que hace que cada vez que nos perdemos, nos volvamos a encontrar un poco más adelante.

miércoles, 6 de agosto de 2008

Memories

Siembra el silencio tácito de las palabras sobre las líneas de un papel, vagando a través de su pluma. Llena páginas con una crónica cercana, llena de olores y de lugares perdidos, volviendo a él su vida en recuerdos. Querer regresar y aferrase a esos momentos con fuerza no es lo que pretende, y recuerda aquella frase de García Márquez: La memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y gracias a ese artificio, logramos sobrellevar el pasado.

miércoles, 4 de junio de 2008

Catorce... ¿Por qué catorce?

Puedes tatuarte un dragón en toda la espalda, una mariposa en el tobillo o un tribal en el hombro, que nadie te preguntará el porqué. Suponen desde un primer momento que lo haces porque te gusta o porque queda bonito, y ahí se queda la cosa y no tienes que darle explicaciones a nadie. Pero cuando decides hacerte un tatuaje con un significado exclusivamente personal, sale a relucir la curiosidad de todo aquel que lo ve, y son precisamente con esos tatuajes cuando no quieres dar ningún tipo de explicación de su porqué. A la hora que alguien formula la pregunta resulta hasta molesto, ya que sabes que por mucho que intentes explicar, nunca comprenderán su significado.

Generalmente eso me pasa cada día, un par de veces a lo sumo, pero a lo largo del día de hoy he experimentado esa sensación alrededor de seis veces.
Catorce... ¿por qué catorce?


Pues porque el catorce soy yo, somos nosotros y es toda mi vida. Y no necesito que nadie más entienda eso.


sábado, 31 de mayo de 2008


Cerrar los ojos hasta que muera la luz del sol. En mi cabeza, miles de estrellas atraviesan la oscuridad, estrellas repletas de deseos perdidos que completan mi interior. Admito que me encanta perderme entre ellas. Ver cómo las viejas estrellas van perdiendo su brillo, las que van muriendo poco a poco y que, tarde o temprano, acabarán cayendo en el olvido. Y observar con detenimiento las nuevas estrellas que se van formando, llenas de luminosidad y de vida, aquellas que portan en su interior los deseos más recientes, deseos que están a punto de realizarse.

Gracias al transcurso de los días, he podido definir con claridad mi mayor estrella, mi Sol particular. Ese Sol que lleva en su interior mi mayor deseo y, junto a él, mi futuro. Es mi Sol, mi Estrella Polar. Es mi luna, mi noche, mi día, mi zona zero. Es mi mundo. Es mi vida.


Y sólo deseo poder alcanzarla.





Qrt

domingo, 18 de mayo de 2008



Exámenes:

1. Mano derecha de profesores y arduo contrincante del alumno. 2. Simples papeles con palabras impresas, pero presentes como muros de hierro con letras grabadas a fuego, muros de aislamiento. 3. Canal incontrolable de nervios, dudas y preguntas en blanco. 4. Lucha constante entre tiempo, mente y tinta. 5. Vestigio de nuestro día a día. 6. Oportunidad superarse y subir o dejarse caer. 7. Jueces de nuestro futuro.

jueves, 8 de mayo de 2008

Ahogadas reflexiones

En el momento en que una nueva persona se cruza en nuestro camino, nos interesamos por ella, por su carácter, por sus gustos, con el fin de saber si son compatibles con los nuestros. Preguntas como ¿cómo te llamas? o ¿de dónde eres? son las más comunes en esa primera conversación, en ese primer contacto, que acabarán en un breve resumen de lo más general de su vida. Somos incapaces de hacer preguntas directas, de recorrer sus venas para intentar descubrir aquello que no vemos en un primer momento.

Pero todavía quedan personas que van más allá, aquellas que no llevan demasiado tiempo sobre este mundo, pero lo suficiente para querer saber más, para adentrarse en lo más oscuro y sacar a la luz aquello que ha estado encerrado tanto tiempo. Nos abren el pecho e inspeccionan nuestro interior, hurgando en las entrañas y cambiando piezas de sitio, intentando resolver nuestro propio enigma:


¿quiénes somos?

jueves, 1 de mayo de 2008

Volver

El aliento de la mañana atraviesa su piel, haciendo que eche de menos la cálida brisa del verano. Camina distraída, contemplando las hendiduras de sus huellas sobre la tierra mojada. Tal vez llegue tarde a su destino o, quizás, no llegue nunca.


Se adentra en la oscuridad del bosque, caminando sobre su paisaje cubierto de humedad. La luz del sol se abre paso entre las ramas de los árboles, iluminando aquel lugar que se había convertido en su refugio en los últimos meses.


Tumbada en aquel banco, contempla el cielo. Las nubes se fusionan con el sol, dando lugar a una lucha continua entre la luz y las sombras. Se sentía en paz, lejos del tic-tac del reloj, liberada del intenso abrazo del tiempo...








Pero siempre en estado de espera

domingo, 27 de abril de 2008

Entrañas



En mi mente y clavados en mis talones, los sentimientos me acompañan en cada paso que doy; aquellos que hacen desear a cualquiera ser a prueba de balas, para que nada traspase, para que nada penetre por nuestros poros y se instale en aquel que nos da la vida. Pero una vez que traspasan esa línea, se acaban convirtiendo en la llave de nuestra puerta, aquella que una vez cruzada, disipa cualquier posibilidad de salida.

miércoles, 23 de abril de 2008

El principio del fin




Las manos frías del tiempo se acercan, arrastrándose, destruyendo a su paso todo lo que ayer era joven. Las voces de aquellos que gritaban por su vida, hoy se apagan lentamente, como cual canción llegando a su final. Las notas se vuelven silencios, la sangre, hielo, congelando las venas a su paso...
congelando el corazón.


Dicen que sólo nuestros recuerdos son capaces de resistir esta desintegración, creciendo hermosamente con el paso de los años y creando un mundo paralelo. Nuestro propio mundo.