lunes, 8 de septiembre de 2008

¿Por qué?

Cada mañana amanezco con la misma disputa interior. ¿Por qué se pelean la mente y el corazón? ¿Por qué sus decisiones son tan contradictorias? ¿Por qué la cabeza dice que sí, que está todo bien, y luego viene el corazón y dice que no, que todo va mal? ¿Por qué cojones no se ponen de acuerdo?

Cuando la cabeza actúa, acabo con la sensación de que todo está bien, que seguirá bien. No me preocupo por nada, sigo hacia delante con tranquilidad, sin prisas pero sin llegar a pararme, convirtiendo mis pasos en suspiros. Pero cuando la cabeza se relaja, llama a mi puerta el corazón. Grita a voces todos los recuerdos, grita que he sido débil al sucumbir ante las adversidades. Se alía con las canciones para hacerme recordar, me grita lo que he perdido y lo que seguramente no vuelva a recuperar. Hace que vuelva a caer, a hundirme en toda mi mierda y a no poder alzar la cabeza, aquella que no da señales de vida. Me grita que me he comportado como una imbécil, que me odia por haberle causado tanto daño hasta el punto de romperlo en pedazos, y se niega a latir como antes, y en ese momento me abandona.

Horas más tarde, mi mente despierta de su largo sueño y se encuentra con todos los daños que han sido causados durante su ausencia. Y le toca recoger todos los trozos en los que me he roto e intentar recomponerme de nuevo. Me muestra el lado positivo de todo, de que todo será más fácil y, para qué mentir, la comodidad y la facilidad es muy atractiva. Me enseña días sin preocupaciones, días de expansión, de libertad, de poder desaparecer sin tener en cuenta nada. Y vuelvo a calmarme. Vuelvo a recomponerme con la seguridad de que está todo bien tal y como está.

Y en el momento en que todo parece tener sentido, el corazón vuelve a jugarme malas pasadas. Me demuestra que él soy yo, que todo lo que tiene adentro es lo que soy, y que la mente sólo está para intentar convencerte de que lo fácil es lo mejor.
Y me encuentro cual suicida al borde de un precipicio, con el dios y el demonio en ambos hombros en plena discusión.

Y quiero abrirme en canal y arrancarme el corazón y lanzarlo a lo más profundo del mar. Y quiero abrirme el cráneo y pisotear mi cerebro hasta que deje de hablar.
Y quiero empezar a pensar con los pies, que son los únicos que me ayudan a avanzar.


¿Por qué todo es una mierda?

2 comentarios:

Anxo dijo...

¿Recuerdas aquella canción de Kannon, que decía algo de "piensa con el corazón y siente con la cabeza"?

La confusión es normal, y creo que, aunque parezca contradictorio, que cuando empiece a desaparecer tendrás las cosas más claras que nunca. Porque las dos partes te habrán mostrado a placer sus posturas, sus argumentos, y podrás decidir.
Jode, está claro, pero a veces ayuda.



Mucha suerte, y muchos besos.

Shadows dijo...

esa frase es mi lema en mi día a día, ahora mismo
la tengo siempre presente, y bueno, se hace llevadero.

muchas gracias ^^