viernes, 26 de septiembre de 2008

To be or not to be...

... This is the question.

Demasiados filósofos se han planteado ya el porqué de la raza humana, ese to be gigantesco y ese not to be ante lo insignificante en comparación con todo lo demás. Pero, al fin y al cabo, somos lo que somos, y eso nadie va a poder cambiarlo.

Somos la luz de las sombras, la alegría de todas las penas, la esperanza de lo imposible. Somos dudas, vacíos, deseos, pasiones. Somos el ayer del mañana, un futuro y un pasado. Somos sueños.

Y odio soñar con volver. Soñar que, de nuevo, estoy allí.
Otra vez sonrisas, abrazos, besos, caricias...
Odio poder volver a tenerlo tan cerca, sentirlo tan cerca, como para que ambos alientos se mezclen. Y no sé qué odio más, si recrear todo eso cada noche, o despertarme vacía y con la sensación (por no decir certeza) de ser la persona más gilipollas del mundo.


Con lo fácil que sería dejar de ser...

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