jueves, 4 de septiembre de 2008

XXVII (63)

(variación de género)

Despierto, tiemblo al mirarte;
dormido, me atrevo a verte;
por eso, alma de mi alma,
yo velo mientras tú duermes.

Despierto ríes, y al reír tus labios
inquietos me parecen
relámpagos de grana que serpean
sobre un cielo de nieve.

Dormido, los extremos de tu boca
pliega sonrisa leve,
suave como el rastro luminoso
que deja un sol que muere.

¡Duerme!

Despierto miras, y al mirar tus ojos
húmedos resplandecen
como la onda anzul en cuya cresta
chispeando el sol hiere.

Al través de tus párpados, dormido,
tranquilo fulgor vierten,
cual derrama de luz templado rayo
lámpara transparente.

¡Duerme!

Despierto hablas, y al hablar, vibrantes
tus palabras parecen
lluvia de perlas que en dorada copa
se derrama a torrentes

Dormido, en el murmullo de tu aliento
acompasado y tenue
escucho yo un poema que mi alma
enamorada entiende.

¡Duerme!

Sobre el corazón la mano
me he puesto por que no suene
su latido y de la noche
turbe la calma solemne.

De tu balcón las persianas
cerré ya por que no entre
el resplandor enojoso
de la aurora y te despierte.

¡Duerme!






<3



- Bécquer -

No hay comentarios: