viernes, 10 de septiembre de 2010

Without you.

Cuando cogí el bolígrafo, la mano me temblaba.
Había olvidado lo que era escribir sobre mis sentimientos, sobre el mundo, sobre ti, en una hoja de papel. Había abandonado todo contacto directo con la tinta, porque en algún momento dejaba de ser tinta y se tornaba sangre. Mi sangre, por la que fluía mi interior, mis miedos, mis deseos. Mi puto ADN plasmado en un papel.

Pero allí estaba, despidiéndome de ti a través de un trozo de papel, lleno de palabras, de dolor y de angustia. Una carta que jamás leerías, unos sentimientos que no conocerías jamás, como los de aquellos que llorarían tu ausencia toda su vida.
Una carta que sería arrojada a las llamas en la primera noche de luna llena, que acabaría por consumirse junto con toda mi rabia, mi interior, mis miedos, mis deseos.
Junto con mi puto ADN.





Junto conmigo.