viernes, 29 de agosto de 2008

More than I can say...

Muy de vez en cuando los deseos, por muy pequeños que sean, se llegan a cumplir.
Sin duda alguna, ayer asistí al mejor concierto de los que he ido este año. Quizás porque su directo es mucho más potente que su disco. Quizás porque nunca había disfrutado tanto de un concierto, y nunca antes un cantante me había dedicado una canción. Quizás porque nunca se me habían saltado las lágrimas de la explosión de sentimientos guiados en cada canción, de seguir recordándome que todos esos versos llevan su nombre desde noviembre.




Y aunque pretendía seguir con la entrada, aquí la dejo. Parece ser que las lágrimas y la fiebre no pueden trabajar juntas.

No hay comentarios: