jueves, 8 de mayo de 2008

Ahogadas reflexiones

En el momento en que una nueva persona se cruza en nuestro camino, nos interesamos por ella, por su carácter, por sus gustos, con el fin de saber si son compatibles con los nuestros. Preguntas como ¿cómo te llamas? o ¿de dónde eres? son las más comunes en esa primera conversación, en ese primer contacto, que acabarán en un breve resumen de lo más general de su vida. Somos incapaces de hacer preguntas directas, de recorrer sus venas para intentar descubrir aquello que no vemos en un primer momento.

Pero todavía quedan personas que van más allá, aquellas que no llevan demasiado tiempo sobre este mundo, pero lo suficiente para querer saber más, para adentrarse en lo más oscuro y sacar a la luz aquello que ha estado encerrado tanto tiempo. Nos abren el pecho e inspeccionan nuestro interior, hurgando en las entrañas y cambiando piezas de sitio, intentando resolver nuestro propio enigma:


¿quiénes somos?

2 comentarios:

Kux dijo...

Tú te cruzaste en mi camino hace unos meses... y desde entonces, no te cruzas, sino que andas conmigo, andamos juntos...

¿Quién soy?

O mejor dicho, como tú dices, ¿quiénes somos? Porque me considero una pluralidad... porque sin ti, mi otra parte, no sabría quién soy...

Juan #91 dijo...

Iriiiiisss!!!!

e tu por aqí??
jajaja

pos nada
cuidate
nos vemos


p.d.: Juan é sin til...
¬¬