viernes, 19 de marzo de 2010

Hacía frío aquella mañana.

Hacía frío aquella mañana.
Los árboles susurraban a través de sus ramas desnudas y la escarcha todavía permanecía en los alféizares de las ventanas. La señora Méndez había salido a sacar la basura, y cruzaba la calle apurada para entrar en calor. El señor García, como cada mañana, había salido a leer el periódico al porche con un termo de café humeante, aunque esta vez había añadido una manta a sus bártulos habituales.
Y allí, al otro lado de la verja, de la calle, del mundo… estaba ella.
Perdida entre palabras, se acariciaba el pelo mientras pasaba las páginas del libro.
Cada día se sentaba en aquel banco a respirar y a sumergirse en su mundo de fantasía, acción, terror o misterio, hiciese el tiempo que hicieste. Días de un ayer al resto de su vida.

1 comentario:

DamagedBrainzs dijo...

me encanta :D

me gusta ese estilo de literatura que plasma un momento sencillo ^^